Mi primer
contacto con la literatura de Elena Garro fue el cuento La culpa es de
los tlaxcaltecas, que
me parece un testimonio sobre la grandeza del pueblo mexica antes de la
conquista. El cuento me gustó mucho y aún más después de leer sobre la vida de
Garro.
En varios sitios en línea donde se habla de la vida de Garro y de su estilo literario, se define éste como realismo mágico, pero al mismo tiempo se hace constar que la autora siempre rechazó esta descripción de su narrativa por considerarla una etiqueta mercantilista.
En su
libro La semana de colores, donde habla en su infancia en un
pequeño pueblo. Garro incluye el cuento El día que fuimos perros,
del que me gustaría hablar en este sitio.
El día que fuimos perros
En una de las calles de un pueblo de México, dos niñas deciden ese día ser perros. Sentadas en la banqueta, presencian el asesinato de un hombre.
El hombre de la pistola aguantaba firme, de pie en la tarde esplendorosa. Su camisa y sus pantalones blancos se llenaban de sangre. Con un movimiento liberó su mano presa y puso la pistola en mitad de la frente de su enemigo arrodillado. Un ruido seco partió en dos a la otra tarde, y abrió un agujero pequeñito en la frente de! hombre arrodillado. El hombre cayó boca arriba y miró al cielo con fijeza.
Garro, E. (2015). La semana de colores. Ciudad de México: Editorial Porrúa.
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